Con esto, y más

"Y ahora, mientras pueda, me sostengo con ambas manos, por que siempre creeré que no hay nada que necesite, excepto a ti"

miércoles, 3 de octubre de 2012

Se lucha contra todo.


Te echo de menos. Mis sabanas echan de menos tu olor. El espejo del baño echa de menos tu reflejo lleno de espuma de afeitar y mi vaso de cristal echa de menos ese cepillo azul que te obligué a traer. El suelo reclama por las mañanas que seas tú el que se levante primero y mi móvil quiere volver a reproducir tu foto en mis mensajes. La almohada me suplica que vuelvas para no tener que consolarme sola y el armario no soporta estar sin tus sudaderas ni la cajonera sin tus movimientos de cadera para cerrarla. Mis libros echan en falta tus explicaciones a gritos y la nevera ha olvidado esa cualidad tuya de vaciarla en una tarde. Las paredes susurran que vuelvas para hacerme estallar en carcajadas y mi bolso pide tus manos intentando encontrar algún pañuelo. La lamparita de noche reclama tus dedos después de darme las buenas noches y los ambientadores no soportan el hecho de no tener que tapar tu olor a tabaco. La osa mayor me pide todas las noches que vuelvan a aparecer tu dedo índice señalándola y que la Luna ya no está celosa de mí. Mi cama aún conserva tu forma  y las noches se hacen más oscuras des de que tú no estás. Mi piel se sigue imaginando como la acaricias por detrás y de cómo jugueteas con mi pelo cuando me estoy a punto de dormir. Todo está vacío. Sin sentido. Acabado. Muerto. Y todo porque nunca quise admitir que no podía estar sin ti. Aunque la conclusión es que en el amor se lucha contra todo, hasta contra ti mismo.