Con esto, y más

"Y ahora, mientras pueda, me sostengo con ambas manos, por que siempre creeré que no hay nada que necesite, excepto a ti"

viernes, 29 de junio de 2012

Tengo ganas de ti.


Tengo ganas de ti, de tu piel y de tus labios. Tengo ganas de volver a sentir tu sonrisa a dos centímetros de la mía. Tengo ganas de que abras la puerta y me abraces por detrás. Tengo ganas de que me amenaces con amarme eternamente y que me castigues a mordisquitos en la oreja. Tengo ganas de repetir por decimoquinta vez los besos de madrugada y las peleas de pacotilla. Tengo ganas de que me digas que me quieres y que no haya otra a la que quieras decírselo. Tengo ganas de que no olvides jamás mi apellido y mucho menos mi nombre. Tengo ganas de encontrarte en mi cama y que me abraces con tu brazo izquierdo. Tengo ganas de que me invites a cualquier burgerking de la ciudad. Tengo ganas de que me tires todos mis peluches por la casa y que me digas que aún soy una cría. Tengo ganas de que vengas por detrás pidiéndome perdón y diciendo que no me enfade; A quién vamos a engañar, nunca soy capaz de enfadarme contigo. Tengo ganas de que rompamos mi cama, follando o saltando; como tú quieras. Tengo ganas de que me manches la nariz con la espuma de tu café y que se te quede esa cara de tonto cuando te soplo al oído. Tengo ganas de que me quieras. De que me quieras solo a mí, durante el resto del tiempo. 
Y quizás no dure por siempre, pero si lo suficiente como para que sea inolvidable. Porque desde que te vi sabía que tú serías para mí. Porque las casualidades no existen y la vida no te ha puesto en medio para hacer de bache. Porque me cansé de imposibles y te hice posible. Porque sonreí a todos los problemas con la lengua fuera. Porque aunque mañana quizás tú ya no estés, el nosotros siempre quedará.  Y sobre todo, porque tú siempre me has enseñado a querer a las personas por lo que te hacen sentir, no por lo que los demás decían que eran. 

martes, 26 de junio de 2012

Nada es importante.


Aquí da igual si follas o fallas, si jodes o te joden. Si vives de o para ellos. Si la talla de tus tetas supera a las de tu cadera o si la polla la guardas a la derecha. Da igual si te pasas la vida ayudando o eres un grandísimo hijo de puta. No tiene importancia si lloras por las noches o prefieres dar pena delante de la gente. A la gente se la suda si te quedaste sin razones para sonreír o si te faltan fuerzas para subirte a una báscula. Aquí da igual lo que tú seas o lo que quieras llegar a ser. Aquí lo que importa es la apariencia. Pero dime una cosa, ¿tu físico ha cambiado desde hace dos años? Más o menos un mundo y medio. Quizás eras más guapa,  más fea, más delgada o más gorda. Da igual. Ahora pregúntate, ¿Ha cambiado el amor a tus padres? ¿Ha cambiado el amor a tu familia? ¿Ha cambiado tu sonrisa? ¿Han cambiado tus ganas de ser feliz? Quizás habrás respondido dos de cuatro negativas, pero dudo que sean más importantes como para dejar de ser tú. Cambiar, cambiamos todos los días. Cada vez que te cruzas con una persona, cambias. Pero no te das cuenta. Y ten en cuenta que por muchos cambios que haga el mundo, o muchos cambios que hagas tú, siempre debes ser tu misma; no esa persona que los demás quieren que seas. Y hoy, yo te digo que da igual si estás sola. Da igual si aún no has conocido a tu príncipe azul. No importa si la vida te ha dado tantas hostias que hoy ya no te quedan manos con las que tapar moratones. Da igual, todo eso da igual. Y si sigues adelante, con la cabeza alta, algún día agradecerás al destino a que te haya puesto tantas piedras por el camino. ¿O realmente estás dispuesta a perderte lo que pasará en tu final?

jueves, 7 de junio de 2012

Déjate de imposibles y hazlo posible.


No busco una  vida perfecta. No busco un montón de tíos a mí alrededor. No quiero bañarme en dinero ni que mis tetas no me dejen ver el suelo. No necesito que me aplaudan con todo lo que hago ni que se rían de todas mis bromas. No busco un tío que me regale cada semana una caja de bombones ni de rosas. No tengo la necesidad de despertarme sabiendo que tengo el mundo a mis pies y que me lo van a poner todo en bandeja. ¿A quién vamos a mentir? Siempre he sido de las que cogen el camino difícil. De las que hacen lo fácil, difícil y fácil, lo difícil. No pienso dejar que me den la vida por hecha. No voy a dejar que nadie no me dé la oportunidad de equivocarme. Voy a ilusionarme las veces que me dé la gana y me daré las hostias que haga falta. Me dejaré llevar por impulsos y mi único plan será “lo no planificado siempre sale bien”. No pienso rendirme en el primer ataque ni actuar como todo el mundo quiere que actúe. Si quiero adelgazar, no voy a coger el camino fácil de meterme los dedos hasta la garganta; eso es de cobardes. Si quiero conseguir unos estudios, no voy a dejarlos poniendo como escusa de que es demasiado difícil; eso es de cobardes. Si quiero conquistar a un tío, no voy a vestirme como una puta y a enseñarle mis muslos; porque eso es de cobardes. Porque si quieres algo de verdad, vas a por ello. Cueste lo que cueste. Y si te tienes que poner a dieta, te pones. Si tienes que dejarte los codos estudiando, lo haces. Y si te tienes que pasarte todas las tardes hablando con un mismo chico para demostrarle que no eres dos piernas y unas tetas, lo demuestras. Así que déjate de imposibles y empieza a hacer posible lo que quieres. Que la vida, como muy bien debes saber, es jodida; pero ahora te digo que le plantes cara y le demuestres lo hija de puta que te puedes volver tú con tal de conseguir lo que quieres. No te rindas.