Con esto, y más

"Y ahora, mientras pueda, me sostengo con ambas manos, por que siempre creeré que no hay nada que necesite, excepto a ti"

domingo, 26 de febrero de 2012

Levantar;

Hoy no será la entrada que subimos normalmente. Vale la pena verlo. Aprender a valorar lo que somos y lo que tenemos, y levantarnos SIEMPRE.


http://www.youtube.com/watch?v=BHaG783IYBI&feature=related

jueves, 23 de febrero de 2012

Para mi uno más uno no son siempre dos. Y caminar con una sonrisa no significa que seas feliz. Que las palabras pueden llegar a doler más que una buena hostia. Y sobre todo, que tu actitud te define. Yo he conocido a miles de personas, con cada una personalidades diferentes. Muchas hablan mal, critican a las espaldas y dicen me de todo. Otras muchas no me tragan. Otras que ni siquiera saben de mi existencia. Muchas tienen personalidades semejantes ya que se comportan igual. Otras son polos opuestos. Otras, que saben cómo dejar huella. Y después, estás tú. El que no tiene miedo de hacer gilipolleces para llamar mi atención. El que con una sonrisa me da mucho más que cualquier te quiero de otro. El que aún y teniéndolo rozando mi nariz, le echo de menos. Según tú, el puto amo. Pero para mí, marcas diferencia y tendencia. He cometido muchos errores, pero espero que tú seas el acierto. Y ya sabes lo que dicen, tú y yo somos dos números negativos, pero al multiplicarlos da positivo. Reír, llorar, comer, beber, sentir, odiar, extrañar, sonreí y vivir. Porque eso es lo único que quiero, ser feliz, y si no es mucho pedir, a tu lado. Por un mundo nuestro y todas las consecuencias que lleve serlo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Somos un puñado se soñadores.

Y aquí estamos todos, con un montón de preguntas sin ninguna respuesta. Con ganas de comernos el mundo, pero sin ganas de levantarnos del sillón. Si nos ponemos a contar, encontraremos más de mil personas que no creen en nosotros, pero el problema no son ellos, el problema eres tú. Tú eres el que toma el camino; ayer, hoy y mañana. No dejes que la vida escoja por ti y mucho menos que nadie te obligue a no ser lo que quieres. Que sí, que yo tampoco quiero crecer y darme cuenta de que mi vida se está convirtiendo en una más. Quiero ser joven para siempre. No quiero estar rodeada de un montón de gente que me amontona papeles encima de un escritorio, que para mí no tienen ninguna motivación. No quiero la vida de los adultos; esa vida sin ilusiones ni sueños. Quiero mi vida,  mi vida de ahora, que no cambie mañana  dentro de diez años. Quiero ser yo misma, siempre. Siempre hay una segunda opción, pero solo hay que saber verla. Quiero ser feliz de una forma que realmente me motive a mejorar como persona. Quiero estudiar lo que me gusta y ser como yo quiero ser. Cueste lo que cueste, se interponga lo que se interponga, hoy o mañana, ahora o nunca. No quiero llegar al punto de poner las cartas sobre la mesa y no tener con quien jugarlas. Quiero cumplir mis sueños, para que el día que me pare delante de una chimenea, setenta y pico años, pueda decir que realmente ha valido la pena estar en esta vida.
Voy a ser feliz, lo prometo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Voy perdida. Si no me valoro yo, quien lo hará? El problema está en mi misma, en que no me doy cuenta de lo que soy, y de lo que puedo llegar a ofrecer a este mundo. Todo lo que sube, baja, y lo bueno llega sin ser llamado. Un día te levantas, y te comes el mundo, otros días sientes pena por aquellos  que piensan que la vida es una mierda, otros días la mierda eres tú, y quien da pena es uno mismo, no la vida, te comes el suelo. A veces te dan tan fuerte que el orgullo se adueña de ti mismo, y que la frustración, se hace parte de uno mismo. Días buenos, días malos, rachas buenas, rachas peores.. la clave está en vivir y mimar las pequeñas cosas, las que se hacen grandes con el paso de los días. Siempre he imaginado, que pensar más en ti misma que en los demás, te hacía mejor persona. Luego llega cuando te vuelves en esa persona a la que cuentas de todo, y está a tu lado en todos los momentos, para apoyar. Esa clase de persona que nunca te fallará, y a la semana no saben ni como te llamas. Quizá el punto está en ser algo egoísta, y pensar que vales más que cualquier otra persona en el mundo. 

lunes, 6 de febrero de 2012

Tú y la muerte.

Muerte. Sí, esa palabra que congela el alma cada vez que la pronuncian. Los pelos se erizan y las cuencas se llenan de lágrimas. La muerte no es fácil de describir. Nunca me ha gustado hablar de ella. No quería que supiese que yo existía, ni tampoco la gente de mi alrededor,  para no poder atacarme por donde más duele. Tapar los oídos con ambas manos y hacer como si nada. Pero ya no. Ya no soy una niña que no se da cuenta de lo que significa eso. La muerte es como un hola y adiós. Como de la noche a la mañana. Sin ninguna explicación, sin razones, sin motivos, sin despedidas y sin conocimientos. Sí, conocimientos, porque decirme, ¿Quién os ha enseñado a afrontarla? Nadie. Mucha historia y mucha ortografía pero tres mierdas para las cosas de verdad. Y para complementar la gente no para de sacar el tema. Sí, ese don esencial que tiene la gente para joder. No me asusta mi muerte, lo que me da miedo es que llegue a las personas que aprecio. Y lo malo es que no puedes hacer nada para evitarlo. Te sientes inútil, impotente, incompetente, inexperto, resumiendo, una mierda. Antes la veías lejos, algo que esperabas no tocar, ni que tocasen. Superarlo lo ves como un camino lejano. No tienes suficientes fuerzas como para seguir. Notas que esto te va demasiado grande y que esperas que se acabe cuanto antes. La muerte es un fin. El final de la historia. El final de muchas ilusiones y sueños. Y ahora solo ronda una palabra por tu mente “ser fuerte”.

domingo, 5 de febrero de 2012

Los labios se separaron y nos quedamos mirando con las manos cogidas. Nunca había llegado a pensar que encontraría a alguien como él. Tenía miedo de perderlo. Todo lo que había vivido antes había dado sus trescientos sesenta grados. La frase “todos los hombres son iguales” había pasado a la libreta de mentiras. Porque el problema es que solo escogía a los cabrones. Pero él no es así. Él me da seguridad con tan solo mirarme. Rompe los esquemas. Hace que un corazón en la parte derecha de mi mano dibujada con un bolígrafo Bic mantenga mi sonrisa durante todo el día. Su nombre rellena todos los márgenes de mis libretas. Adoro sus caricias de terciopelo y su pelo alborotado.  Y cuando él no está nadie es capaz de substituirle. Nadie consigue sacar una sonrisa con tan solo un “buenos días”. Me he enamorado  perdidamente tanto físicamente como psicológicamente, de todas sus partes, es decir, de él.